Como la muerte y los impuestos, solo hay una cosa inevitable en el mundo de las frutas y hortalizas frescas, ¡los defectos! No siempre se pueden evitar. Pero como partícipe en la cadena de suministro, como exportador, importador o minorista, puede manejar mejor las acciones que toma cuando ve los defectos, añadiendo más información a los tipos de defectos que se desarrollan y teniendo una visión consistente de lo que satisface a sus clientes.
Comprender los tipos de defectos que se pueden desarrollar
Por supuesto, todas las frutas y hortalizas tendrán los defectos que les son particulares, dependiendo del tipo de producto, dónde y cuándo se cultivan, cómo se cosechan, y mucho más. Pero, por lo general, hay dos categorías de defectos principales que hay que tener en cuenta. Los llamaremos defectos progresivos y permanentes.
1. Defectos progresivos
El diferenciador clave de un defecto progresivo es que con el paso del tiempo degrada la calidad de la fruta, a menudo muy rápidamente. Estos defectos pueden ser moho, o heridas abiertas. Si una fruta u hortaliza tiene una herida abierta, en un par de días será incomestible. Si la fruta con moho se deja con el resto del envío, se propagará rápidamente, extendiéndose a todo el producto y ocasionando la pérdida de todo el contenedor. Incluso al seleccionar una sola pieza de fruta para comprarla, si no es apta para la venta, es un producto que el consumidor nunca comprará intencionadamente. Cuando se trata de todo un envío, esto puede ser catastrófico.
2. Defectos permanentes
Los defectos permanentes no son progresivos, no cambian con el tiempo. En esta categoría pueden estar las cicatrices o heridas cerradas. Estos defectos no evolucionan con el tiempo, ni afectan a todo el envío, pero si hay un gran porcentaje de defectos permanentes, el precio que obtiene por el producto puede verse afectado, o sufrir posibles renegociaciones o desperdicios. Esto es porque, al fin de cuentas, el consumidor desea frutas sin ningún defecto. Sin embargo, al contrario de los defectos progresivos, la mayoría de los consumidores comprarán las frutas y hortalizas con defectos permanentes, como algo de decoloración o magulladuras, si no pueden encontrar otras sin estos.
Como comerciante o importador, sabe que los envíos con un gran porcentaje de defectos progresivos pueden ser imposibles de vender a los clientes, pero los defectos permanentes activan un proceso de toma de decisiones más complejo. Después de todo, dependiendo del umbral de calidad que cada cliente decide, y otros factores como la cantidad de fruta disponible en el mercado, puede que venda el envío como de costumbre, o por lo menos por un porcentaje.
La pregunta es, ¿cómo pueden sus inspectores determinar esto anticipadamente?
El proceso de inspección de defectos de las frutas y hortalizas frescas
La mayoría de las inspecciones se tratan de tomar muestras de un envío particular, y detectar manualmente los defectos de las muestras para recabar información. Luego los inspectores utilizan estos datos para calcular la relevancia estadística en todo el envío. Si prueba 100 muestras de uvas de mesa y encuentra que 2 tienen cicatrices, podría afirmar que el 2 % del envío tiene este defecto.
En este punto, el método tradicional de enviar este producto al cliente incluye muchas conjeturas. Por lo general el exportador no sabe a qué cliente va el envío. Incluso si lo sabe, no conoce lo que espera el comprador, ni cuáles normas de calidad tiene. Cada inspección es un evento aislado, sin tener información previa. Tienen una apuesta en sus manos. Pueden enviar el cargamento al comprador de alta calidad, que esperan que pague más por el producto, pero arriesgándose al rechazo, o pueden enviarlo al mercado abierto, donde obtendrán un precio muy bajo por el envío, que puede no justificar el trabajo.
La diferencia Clarifruit: Un solo sistema centralizado para datos históricos y en tiempo real
Con un solo sistema centralizado para todos los clientes, todo esto cambia. Los exportadores tienen acceso en tiempo a real a los datos anteriores e información precisa sobre las expectativas de calidad de cada comprador. Pueden consultar el sistema y ver lo que sucedió la última vez que enviaron uvas de mesa con un defecto similar o un porcentaje de defectos, o aprovechar nuestras “analíticas comparativas” para calificar la cosecha inspeccionada de acuerdo a las especificaciones de cada cliente. Pueden tomar decisiones mejores y más inteligentes, basadas en información real, en vez de conjeturas. En breve, el exportador puede encontrar el cliente óptimo en términos de precio y calidad para cada envío específico.
Desde el lado del cliente, también hay mucho más control sobre cómo manejan sus importaciones. El cliente puede categorizar los defectos de la manera que prefiera, como por defectos progresivos o permanentes, o incluso sin estas categorías, por severidad el defecto, como baja, media o crítica. Por ejemplo, en una estación particular el cliente puede aceptar gustoso un envío con defectos permanentes como cicatrices, pero solo una cantidad reducida. En una fecha posterior, cuando este producto sea más difícil de obtener, puede adaptar sus requisitos para aceptar frutas con estado medio.
La plataforma Clarifruit permite la transparencia completa de los requisitos del cliente. Esto también se puede manejar de acuerdo al tipo de producto específico. Lo que es aceptable para limones, puede no serlo para tomates, cerezas o uvas. Este nivel de control aporta inteligencia e información al proceso desde el principio.
