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Cuando se trata de la cadena de valor de frutas y verduras frescas, las partes interesadas se encontrarán regularmente en lados opuestos de la mesa. Después de todo, ¡los compradores tienen que comprar y los vendedores tienen que vender! Estos objetivos deberían ser complementarios y, sin embargo, hay mucha fricción entre las dos partes. ¿Qué está causando todo el conflicto? Una aparentemente simple barrera del idioma, y todo se centra en el control de calidad.

¡Es el comienzo de la temporada de cosecha de arándanos y estamos aquí para ello! A medida que la producción de arándanos crece a pasos agigantados, las partes interesadas de la cadena de suministro buscan mejorar la proporción de arándanos frescos frente a otras formas, ya que los arándanos frescos pueden alcanzar el doble o el triple del valor de mercado de los que se han procesado. En esta publicación de blog, exploramos cómo la industria de los arándanos puede mejorar sus procesos de control de calidad a través de la automatización, los grandes datos y la inteligencia artificial.

Uno de los problemas más apremiantes del sector de la cadena de suministro de frutas y hortalizas frescas es la falta de un lenguaje común. Cada consumidor proporciona una lista completa de especificaciones, que van desde color, forma y tamaño, hasta niveles Brix y tolerancia a los defectos. La norma A de un cliente es la C del otro. Cuando desarrollamos la plataforma Clarifruit, tuvimos todo esto en mente y creamos una solución inteligente que permite a las empresas superar la complejidad de los varios lenguajes. Así es como funciona.

Los minoristas están recibiendo mucha mercancía y, obviamente, el consumidor no comprará todo. Cuando profundizamos específicamente en los productos frescos, alrededor del 12 % de las frutas y el 11,5 % de las verduras llegan a la tienda de comestibles y nunca se venden, lo que se traduce en un duro golpe para los resultados de los minoristas. Entonces, ¿cómo puede la tecnología ayudar al minorista inteligente a salir adelante?